Ya tenemos la Navidad y el árbol.... faltan los regalos.
Leamos la historia para comprender qué estaba pasando:
“He soñado que es de noche y estoy en mi cama (Mi cama tenía
los pies hacia la ventana, frente a la ventana había una hilera de viejos
nogales. Sé que era invierno cuando soñé, y de noche) De repente, la ventana se
abre sola y veo con gran terror que sobre el nogal grande frente a la ventana
están sentados unos cuantos lobos blancos eran seis o siete. Los lobos eran
totalmente blancos y parecían más bien como unos zorros o perros ovejeros, pues
tenían más bien grandes rabos como zorros y sus orejas tiesas como de perros al
acecho. Presa de gran angustia, evidentemente de ser devorado por los lobos,
rompo a gritar y despierto. Mi aya se precipita a mi cama para averiguar que me
había ocurrido. Pasó largo rato hasta convencerme de que sólo había sido
un sueño, tan natural y nítida se me había aparecido la imagen de cómo la
ventana se abre y los lobos están sentados sobre el árbol. Por fin me
tranquilicé, me sentí como librado de un peligro y torné a dormirme”.