Hoy, se cumplen doscientos años del nacimiento de Frédéric Chopin, uno de los compositores románticos más significativos de su época. Chopin, tiene una conexión especial con Baleares, ya que, aconsejado por su médico, decidió pasar una temporada en la isla que, sin embargo, le acarreó más males que bienes. Chopin debía de tener alguna clase de enfermedad respiratoria -se piensa que quizá no era tuberculosis- y el clima húmedo de Valldemossa, junto con ese invierno de 1838 especialmente duro y lluvioso, no contribuyó precisamente a mejorarle. De modo que un año después dejaba la isla, no sin haber compuesto alguna de las piezas más conocidas de su repertorio.
Lo que no hay que perderse:
Las Polonesas. Una recreación del folklorre de su país de enorme sofisticación.
Los nocturnos. Una veintena de piezas, la verdadera quintaesencia del espíritu de Chopin.
Las Baladas. Cuatro piezas repletas de poesía.
Los Valses. Piezas de salón.
Los Preludios. Maravillosa colección de miniaturas.
Las Sonatas. Sonatas nos 2 y 3. Los críticos las situan por debajo de las sonatas mayores de Beethoven.
Mazurcas. Breves danzas repletas de ritmo.
Las dos conciertos para piano. De gran brillantez en la parte solista.
Ahora pueden escuchar piezas muy conocidas como:
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